COMUNICACION Y TRANSPORTE
Como seguramente otros se verán reflejados en mi cuestionamiento, le voy a dar mecha…
Primero, el medio organizador por excelencia del CCFV es el Cate. Ahí esta todo. Pero todo: fechas, los partidos que se juegan, goleadores, tabla, próxima fecha, entre otros…
Lo que no entiendo, si esto es así, es por qué si los miembros de mi equipo –que son clientes fijos del Cate- no leen y siempre preguntan.
Pero hay casos especificos. Y los voy a quemar. Damian y Luli siempre buscan una vuelta de tuerca. Les mandas el mensaje “jugamos a las 14”, y contestan “ok, con quién?”. Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
¿Importa con quién? Igual, más allá que signifique más mensajes, me gusta. Una porque me siento franeleado –levantemos la autoestima!- y otra porque esta bueno que se enganchen a full con la onda del campeonato.
Pensando bien, luego del aumento miserable conseguido por la burocracia Celeste, y esa consulta trucha, lo primero que hice es mensajear a los compañeros para el partido siguiente. Seeeeeeee. Levantemos un poco el enorme bajón de conseguir $ 100 pesos de mierda…
Ahora bien. A15 años de la derrota histórica con Colombia, ese 5 a 0 que en realidad nos dolió pero fue una magnífica muestra de fútbol, recuerdo una anécdota.
Esto empecé a recordar con todo el quilombo de la falsa estatización de Aerolíneas –en realidad es un salvataje al grupo Marsans, para sanear sus finanzas-. El día del partido fui a la cancha. Cosa rara en mí, ya que nunca me gustó ir a ver a la selección porque no se canta, no se vive como un partido más. Me parece re amargado. Personalmente me gusta ir a la cancha para gritar, cantar, en definita, vaguear un poco. Me pasó infinidad de veces que llegaba a mi casa sin saber el resultado. Pero bue…
Resulta que ese día estaba re aburrido, ya íbamos 2 a 0 y nada hacía pensar que lo podamos dar vuelta. Ni siquiera el “Mencho” Medina Bello –siempre me gustó su nombre, mezcla de malevo y actor de telenovelas-. Entonces me colgué de espaldas, apoyado en el paraavalanchas. Miraba las caras largas. Me hacían cagar de risa. Pero fue ahí cuando los ojos se me abrieron como un búho: un avión pasó re cerquita de la tribuna, del estadio, despeinando a todos. ¡Qué cagazo! Todos se dieron vuelta y miraron al cielo, por el ruido. Pero yo que lo había visto en directo, me temblaban las piernitas… Cuando volví lo conté a todo los pibes de la esquina, y se meaban de la risa. Querían que convide…pero yo les juraba que nada de eso, que había pasado.
Por suerte, al otro día, para aminorar el peso de la derrota, todos los medios sacaron la noticia. Resulta que el piloto le había apostado $ 100 al copiloto que lo hacía. ¡Y el muy lumpen lo hizo!
Germán – Es lo Que _Hay
0 comentarios