Sin quilombos

Conforme las fechas se suceden queda comprobado que todo puede pasar en este campeonato. Las etiquetas que se fueron adquiriendo al comienzo del mismo debieran ser revisadas, y por qué no cambiadas, ya que muchas no se ajustan al desempeño real de los equipos. Las formaciones que comenzaron titubeantes y dubitativas hoy son huesos realmente muy duros de roer. Y los que se suponían fuertes, incluyo a mi escuadra en este lote, demostraron que las cosas no siempre salen como se las esperan. Excluyo por razones lógicas (si es que tiene lógica) al 115b3 de mi razonamiento ya que merecería un capítulo aparte el análisis de su performance.

La cosa es que el sábado nos encontrábamos con el Tsunami y sabíamos que podía pasar cualquier cosa.

Comenzó el partido con ambos equipos sin suplentes y un gol madrugador de la 12. Luego, en un equívoco pase atrás, un defensor tsunamita convierte el 2°. Continúa tranquilo el partido con un Tsunami desconocido que no logra hilar buenas jugadas.

Y entonces llega el rey de los goles feos, Jorge Puntella, que, después de 725 rebotes, convierte con un remate mordido y de rastrón. Casi inmediatamente después del gol teníamos a todo el  Tsunami encima y por  un instante nuestro "grosso" defensor Bonomo ser olvida que salir jugando no es lo suyo y regala la esfera de cuero a un blanquirojo que define con elegancia y precisión. 3 a 1 y al descanso.

Sólo al pasar comento que la 12 convirtió 2 goles más en el 2° tiempo ya que el hecho a destacar es el grosero, groserísimo, inaudito e inexplicable penal que comete el 2, sí Carlitos; el hombre con más penales del campeonato, que no puede sacarse del corazón su amado volley y cada 2 por 3 toca la pelota con la mano.

El match concluyó 5 a 2 para los naranjas pero además del resultado me fui contento porque, como dije antes, podía pasar cualquier cosa por alguna historia del pasado y sin embargo sólo hubo fútbol. Se demuestra que cuando no hay  ganas de hacer quilombo los quilombos no ocurren.

Abrazo de gol para todos.