Ahora la alegría es blanca

El sábado nos enfrentamos con el nuevo equipo del campeonato, el Casi, que ostentaba en su haber un empate arrancado al 115, cosa que no es poco. Se notaba que tenían buen juego, velocidad y bastante juventud.

Por nuestro lado veníamos bien, sin resignar puntos hasta el momento, con buena asistencia y, desde hace dos fechas, con unas lindas y delicadas casacas blancas del Chelsea con pantaloncitos haciendo juego.

Cuando en el reloj habían pasado poco más de las tres de la tarde, el hombre de negro de turno hizo correr una fuerte corriente de aire a traves de su silbato informándonos a todos que el encuentro se había iniciado.

El Casi, vestido de naranja, comenzó rápidamente a trasladar el esférico a lo ancho de terreno. Los ahora blancos se mostraban seguros pero cautelosos sin desesperar, casi se diría como evaluando al rival.

Conforme se incrementaron los minutos la 12 fue tomando la iniciativa, aunque sin romper la paridad futbolística, generando un par de jugadas interesantes. En una de éstas se logró el objetivo máximo de este deporte: convertir un gol. Luego de un desborde por izquierda de Nico 10 que casi llegó a la línea de fondo, se generó un pase para el Tanque Hugo que queda de frente al arco pero tapado por un defensor, entonces cede generosamente el balón al Pitufo Puntela que, con algún rebote extraño en el medio, marca el 1 a 0 y regala alegría a sus compañeros como casi todos los sábados.

Entre idas y vueltas entre los dos arcos se escurre el primer tiempo de esta entretenida contienda deportiva.

La segunda mitad tuvo un trámite diferente. Desde el inicio los del Chelseamanejaron mucho más el medio gracias a las acertadas modificaciones que se produjeron y a la mayor cantidad de espacios que ofreció el "taladro" en su afán por descontar. Lástima que los delanteros de la docena estuvieron pensando más en el asado que se iban a comer después de cobrar el jugoso aumento obtenido que en hacer pasar la globa por entre los tres palos y aumentar la diferencia.

Sobre el final se sobresaltó la defensa blanca, que hasta el momento había rechazado a cualquier lado toda cosa con forma de pelota, por una muy veloz arremetida de el equipo con nombre de club de rugby que fue invalidada por el robusto arquero en una acción que lo dejó desparramado en el suelo. Ya era hora que empezara a laburar el guacho.

Y así conculyó el encuentro con tres puntitos mas que se van para el 31.

Algo para destacar: fue un partido duro y friccionado pero sin gritos ni reproches y si bien se produjeron varias faltas siempre hubo una mano extendida para levantar al caído. Bien por los dos equipos.

Abrazo de gol para todos.