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Reconocimiento público

Hoy voy a hacer un comentario diferente. Hoy quiero destacar la silenciosa pero invaluable labor de algunos amigos de la 12, que creo que se puede hacer extensiva a los otros teams ya que seguramente en ellos hay algunas de estas personas que dan un poquito más que el resto sin esperar nada a cambio.

Esto surge como una necesidad mía debido a que me di cuenta que, encima de todo lo que dan, muchas veces nos creemos con derecho a recriminar sus acciones o decirles lo que tienen que hacer.

El primer caso que quiero citar es el de César Casco, un tipo que si lo ves con ese short a bastones de colores que acostumbra usar decís: éste es un loquito, pero nada que ver. Una persona de noble estirpe y espíritu democrático que nunca te va a mandar a cagar ni aunque le rompas las pelotas dos días seguidos y encima te va a explicar el por qué de su proceder.

Asumió la difícil tarea de ser técnico, lo que implica decir quién juega, de qué juega, cómo se juega y quién se queda en el banco. Además hay que agregar que es jugador de campo y, como si todo esto fuera poco, pretende cumplir con la titánica tarea de combinar un juego efectivo con un planteo táctico que permita que jueguen todos, aunque para lograrlo, él mismo sólo juegue  diez minutos del partido. Porque está convencido de que todos vienen a jugar y todos deben hacerlo y si para eso tiene que sacar al mejor jugador del equipo lo va a hacer.

Luego discutiremos si jugamos  para ganar o para divertirnos. Por placer o por ambición. Por todo junto o por nada. Lo que queda claro es con qué se juega: solidaridad, compañerismo y equidad.

La otra persona que da más que el resto no es una persona sino un personaje. Con sus pelos locos, Carlitos, es el capitán y delegado general. Vive mandando mensajes con información sobre la hora de los partidos, novedades, confirmaciones o modificaciones de último momento. Sin contar las respuestas a todas nuestras dudas o comentarios (no se cuánto gastará de teléfono y creo que nadie se puso a pensarlo siquiera). Siempre lo vemos intentando reclutar jugadores, comprando camisetas, juntando la plata o cumpliendo tareas varias y todo esto con dos familias y 3 hijos menores de 5 años. Hay que hacerle un monumento.

Por último, quiero agregar que los dos mártires de la 12 siempre ponen su auto a disposición del equipo, pasando a buscar a los demás cumpas por donde sea, esperándolos y devolviéndolos a sus respectivos domicilios.

Valga este breve comentario como reconocimiento a su desinteresada labor que es indispensable y les rogamos que no bajen los brazos porque los necesitamos.

A César, Carlitos y a todos los César y Carlitos de otros equipos: GRACIAS.

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