Volve oveja perdonanos.

Tengo la suerte de haber jugado varios campeonatos a lo largo de mi vida.

Algunos por trofeos pero los que mas recuerdo eran los que jugaba por plata los domingos haya en el barrio las Torres en Pontevedra.

Me acuerdo que eran campeonatos de muchos equipos que empezaban el sábado a la tarde y terminaban los domingos, si tenías suerte jugabas los dos días o sino terminabas en el primer partido.

Me acuerdo que como yo era guacho me sentía orgulloso de jugar con los grandes y me pasaba todas las semanas juntando la plata para pagar mi parte de la inscripción.

Nunca lo ganamos, no porque eramos malos sino porque cuando llegábamos a las semifinales teníamos un pedo mas o menos y no podiamos coordinar una jugada y sin embargo siempre nos eliminaban por penales.

Perdiamos y nos prometiamos no tomar mas el proximo fin de semana para tener mas posibilidades, pero eran falsas promesas porque al otro domingo pasaban los partidos y aumentaba nuestro nivel etílico.

Me acuerdo que en esos campeonatos se armaban peleas inolvidables, no me voy a olvidar mas cuando nuestro delantero que sabia karate una vez por un empujón dio un giro en el aire y le pegó una patada en la nuca al defensor que lo habia empujado.

Esas peleas eran hasta que nos cansaramos porque nadie separaba.

Recuerdo también cuando uno de los equipos fuertes del barrio se agarró a piñas con otro y bolsita el arquero de los locales para terminar con el quilombo fue hasta la casa y trajo el 38.

A partir de ese momento el campeonato siguió todos los fin de semanas pero la inscripción salía mas cara porque habia que pagarle a la policia para que viniera a custodiar.

Con el transcurso de los años y distintas circunstancias de la vida me  alejaron del barrio y por consigueinte abandonar ese campeonato.

Lo que tengo claro de todos los campeonatos que jugue es que nunca vi que un árbitro se haya negado a terminar el partido porque tenía las bolas llenas de que le hablaran.

Este sabado nosotros jugábamos con la 115 y  nos habiamos prometido no entrar en el juego de hablar con el árbitro y tratar de hacer un lindo partido pero no pudimos sostenerlo.

Realmente está fuera de toda lógica poner mas esfuerzo en protestar que  en jugar al fútbol. Como puede ser que se gaste mas energía en agarrar a un contrario que en tratar de crear una jugada.

Como puede ser que se proteste un lateral mal sacado como si fuera una patada que te arranca los meñiscos. No puedo entender como si te pasas todo el partido agarrando al rival para no dejarlo jugar te enojas cuando el tipo reacciona, que esperas que te felicite cuando termine el partido y te diga que bien que no me dejaste jugar, que leal que sos.

El partido fue una mierda. La verdad que no me dejó nada y encima hicimos enojar a un tipo bueno como el oveja que viene a ganarse una moneda dirigiendo y nosotros le rompimos las pelotas.

Si ese es el fulbito de verdad al pedo me levanto los sábados temprano, Si el espíritu es solo tener el nombre en una chapa de mierda en una copa avísenme porque estoy perdiendo el tiempo.

Como yo fui parte de lo que paso el sábado pido disculpas.